
Apenas basta una pequeña foto para darse cuenta que marina mora es bellísima. Antes era solo un cuerpo incandescente. Repleto de deseo y pendejada. Luego fue una mujer exitosa. Elegida entre las más bellas del planeta. Y luego empezó a engordar. Se hizo la gorda bella. Pero bellísima aún. Su rostro casi altivo. Su color bronceado que combina con la arena. Puedo verla tomando sol. Ha ido sola a la playa. Y se está echando boca abajo. Luego de quince minutos cambia de posición y está boca arriba. Mira sus pechos. Algo de silicona tienen. Pero debemos respetar su magnitud y saborearlos hasta el amanecer. Ahora marina promociona su escuela de modelos. Se ha tomado una foto de perfecto perfil. Tetas de melón y que saben a melón. Llevas un vestido elegante. No puedo dejar de ver tu escote. Déjame recostarme un ratito ahí un ratito.